Thursday, May 11, 2006

A Gerardo Venteo

Hoy encontré en un cajón entre papeles olvidados todas tus cartas. El polvo que acumulaban y el color amarillento del papel han hecho darme cuenta de todo el tiempo que había pasado. Ahora lamento tanto que mi dejadez y desidia pusieran fin a la maravillosa relación epistolar que manteníamos.
Sé que ha pasado mucho tiempo, ni siquiera sé si sigues viviendo en Granada, pero me gustaría saber de ti. Paz me contó que habías conseguido publicar tu libro, esas fueron las últimas noticias. Me gustaría utilizar este espacio para poder encontrarte, que el azar otra vez nos vuelva a reunir, aunque no haya otro invierno en Lisboa. Quizá alguien que te conozca esté leyendo esto, quizá tú mismo, y puedas dejarme una señal.
Este es un tiempo donde las calles me asaltan con su transitada presencia y me alimentan de ilusiones, sueños y un insaciable deseo de buscar. También es un tiempo de conocer, de hablar, es un buen tiempo para vivir. Procura ser tierno y feliz (como siempre me decías).


Los nombres están en las calles
y miran los ojos de cafés.


Diciembre, llueve otra vez.
Granada está lejos
y los labios manchados de azul
cuando ya no nos quedaba tiempo ni para decir nuestro nombre.
Las calles nuevamente aguardan citas clandestinas
y el deshielo de brazos y bocas esperando.
El deseo (ese secreto cómplice) espera.
La ciudad transcurre por laberintos y neones,
hoy siento el vértigo dulcísimo recordando tus ojos dirimentes.

Nunca Diciembre fue tan dulce ofreciendo sus labios
ni tan breve la ternura de amantes casuales
que miran ojos de cafés
cuando el tiempo (sin horas para abrazar cuerpos)
conspira contra la ciudad amable y gris de vértices cansados.
Llegamos tarde
y Diciembre tiene prisa.
Llueve.


Gerardo Venteo

2 comments:

Anonymous said...

Lo cierto es, que este texto me recuerda a la canción de Octubre de Luz casal.

Anonymous said...

Si alguna vez soñaste con ser rescatado del naufragio valiendote de un mensaje dentro de una botella, puedes pensar que eso es posible en la vida real. Oscar, debiste desear mucho que el mensaje llegara a su destino porque llegó, dos meses y ocho dias mas tarde llegó. Me alegro mucho de encontrate de nuevo. Lo nuestro debe ser una cuestión de azar. Te das cuenta? casi siempre nos sucede igual. Esta bien, no se si el destino pero si que el tiempo a veces se disculpa y vuelve a entregarnos los episodios aplazados. Que curioso todo esto. verdad? Que curioso que de pronto vea un poema mio en este blog, un poema olvidado que acabas de rescatar. Asi es la vida de los poemas, la vida de la gente, una sombra que va dejando una estela luminosa que de pronto nos rescata y nos devuelve la imagen de quienes somos através del tiempo trancurrido cuando fuimos otra cosa que lentamente se ha ido transformando. Me alegro mucho de encontrarte de nuevo y encontrarte así de estupendo. Me gusta este diario. Por lo que he visto compartimos muchas cosas. Un abrazo y eso siempre, procura ser tierno y feliz. Gerardo Venteo